Volvió a gritar mientras caía. En las paredes del pozo resonó el eco de su voz. Eso tampoco lo había imaginado: su voz resonando al caer. Luego se oyó un golpe seco y la voz calló. Calló de repente. Como se apaga una lámpara si alguien la desenchufa de un tirón.
Al olerlo me estremecí...
(Dolores Claiborne)